Ojo Seco

El ojo seco es una condición ocular crónica en la que la producción de lágrimas es insuficiente para mantener la superficie ocular lubricada y saludable. Puede causar irritación, enrojecimiento, sensación de arenilla o quemazón y, en casos graves, daño a la superficie de la córnea.

Las principales causas del ojo seco incluyen el envejecimiento, la exposición prolongada a pantallas digitales, ciertas enfermedades autoinmunes (como el síndrome de Sjögren), el uso de lentes de contacto y el ambiente seco o contaminado.

El tratamiento del ojo seco busca aliviar los síntomas y restaurar la producción de lágrimas. Las opciones incluyen:

  • Lágrimas artificiales y geles lubricantes:
    • Son la primera línea de tratamiento para aliviar los síntomas. Se deben usar regularmente, especialmente en situaciones que agravan la sequedad ocular.
  • Medicamentos antiinflamatorios:
    • Los esteroides o ciclosporina A en forma de gotas pueden reducir la inflamación y mejorar la producción de lágrimas.
  • Terapias avanzadas:
    • Plug de puntos lagrimales: Pequeños dispositivos que se colocan en los puntos de drenaje de las lágrimas para aumentar la cantidad de lágrimas en el ojo.
    • Terapia de luz pulsada: Técnica que mejora la función de las glándulas de Meibomio, que producen la capa lipídica de las lágrimas.
  • Cambio de hábitos y medidas preventivas:
    • Evitar el uso excesivo de pantallas, mantener una buena hidratación y usar humidificadores en entornos secos.

El tratamiento del ojo seco se lleva a cabo en los siguientes casos:

  • Síntomas crónicos e incómodos: Cuando los síntomas afectan la calidad de vida y las actividades cotidianas.
  • Diagnóstico de síndrome de ojo seco: Confirmado por un oftalmólogo a través de pruebas de producción de lágrimas y tinción de la superficie ocular.
  • Casos asociados a condiciones médicas: Como el síndrome de Sjögren, que requiere tratamiento especializado para controlar la inflamación y la sequedad ocular.
  • Uso prolongado de lentes de contacto: Para mejorar la comodidad y prevenir daños a la superficie ocular.

Es importante consultar con un especialista para recibir el tratamiento más adecuado y evitar complicaciones a largo plazo.