
Ojo Seco
¿Qué es?
El ojo seco es una condición ocular crónica en la que la producción de lágrimas es insuficiente para mantener la superficie ocular lubricada y saludable. Puede causar irritación, enrojecimiento, sensación de arenilla o quemazón y, en casos graves, daño a la superficie de la córnea.
Las principales causas del ojo seco incluyen el envejecimiento, la exposición prolongada a pantallas digitales, ciertas enfermedades autoinmunes (como el síndrome de Sjögren), el uso de lentes de contacto y el ambiente seco o contaminado.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento del ojo seco busca aliviar los síntomas y restaurar la producción de lágrimas. Las opciones incluyen:
- Lágrimas artificiales y geles lubricantes:
- Son la primera línea de tratamiento para aliviar los síntomas. Se deben usar regularmente, especialmente en situaciones que agravan la sequedad ocular.
- Medicamentos antiinflamatorios:
- Los esteroides o ciclosporina A en forma de gotas pueden reducir la inflamación y mejorar la producción de lágrimas.
- Terapias avanzadas:
- Plug de puntos lagrimales: Pequeños dispositivos que se colocan en los puntos de drenaje de las lágrimas para aumentar la cantidad de lágrimas en el ojo.
- Terapia de luz pulsada: Técnica que mejora la función de las glándulas de Meibomio, que producen la capa lipídica de las lágrimas.
- Cambio de hábitos y medidas preventivas:
- Evitar el uso excesivo de pantallas, mantener una buena hidratación y usar humidificadores en entornos secos.
¿En qué casos se realiza?
El tratamiento del ojo seco se lleva a cabo en los siguientes casos:
- Síntomas crónicos e incómodos: Cuando los síntomas afectan la calidad de vida y las actividades cotidianas.
- Diagnóstico de síndrome de ojo seco: Confirmado por un oftalmólogo a través de pruebas de producción de lágrimas y tinción de la superficie ocular.
- Casos asociados a condiciones médicas: Como el síndrome de Sjögren, que requiere tratamiento especializado para controlar la inflamación y la sequedad ocular.
- Uso prolongado de lentes de contacto: Para mejorar la comodidad y prevenir daños a la superficie ocular.
Es importante consultar con un especialista para recibir el tratamiento más adecuado y evitar complicaciones a largo plazo.