Rellenos Dérmicos

Los rellenos dérmicos, también conocidos como dermal fillers, son sustancias inyectables que se utilizan para restaurar el volumen facial perdido, suavizar arrugas y líneas de expresión, y mejorar los contornos faciales. Compuestos comúnmente de ácido hialurónico, un componente natural de la piel, estos rellenos se aplican para devolver la juventud y elasticidad a la piel.

En el ámbito de la estética ocular, los rellenos dérmicos se usan para tratar áreas específicas alrededor de los ojos, como los surcos bajo los ojos, las ojeras y las arrugas. El ácido hialurónico, por ejemplo, atrae agua y proporciona hidratación, lo que contribuye a una apariencia más suave y luminosa en la región ocular.

El tratamiento con rellenos dérmicos para estética ocular se emplea en los siguientes casos:

  • Corrección de ojeras y surcos bajo los ojos:
    • Los rellenos se utilizan para reducir la apariencia de ojeras y surcos, rellenando las áreas deprimidas y creando un contorno más uniforme y juvenil. Esto puede hacer que la persona luzca menos cansada y más fresca.
  • Suavización de líneas y arrugas periorbitales:
    • Las arrugas finas y las líneas de expresión alrededor de los ojos, como las «patas de gallo», pueden suavizarse con la aplicación de rellenos, ofreciendo una piel más tersa y un aspecto rejuvenecido.
  • Aumento de volumen en los párpados superiores e inferiores:
    • En algunos casos, los rellenos se aplican en los párpados superiores o inferiores para restaurar el volumen perdido y reducir la apariencia de párpados caídos o hundidos.
  • Mejora de la estructura y contorno de la zona ocular:
    • Los rellenos pueden ayudar a redefinir y levantar áreas específicas, como la región de las mejillas y los contornos de los ojos, para crear un perfil facial más armonioso y equilibrado.

Los rellenos dérmicos deben ser aplicados por profesionales calificados y con experiencia en estética ocular, como dermatólogos, oftalmólogos especializados o médicos estéticos. Antes de realizar el tratamiento, se debe realizar una evaluación detallada para determinar la cantidad y tipo de relleno más adecuado para cada paciente. Los resultados del tratamiento con rellenos dérmicos suelen durar entre 6 y 12 meses, dependiendo del tipo de producto utilizado y las características individuales de cada paciente.

Es fundamental que el paciente siga las recomendaciones post-tratamiento para asegurar una recuperación óptima y maximizar los resultados. Además, aunque los efectos secundarios son mínimos y temporales, es importante discutir cualquier posible contraindicación o efecto adverso con el médico antes de la aplicación.